
Los Alpes es el paraíso para quienes disfrutan de la montaña, la naturaleza y los deportes de invierno, pero son tan inabarcables en un único viaje que a todo amante alpino le aborda la duda de dónde y hacia donde partir para introducirnos en tan especiales paisajes. Una de esas puertas de entrada la encontramos en Valence, la también llamada puerta al sur de Francia y desde donde se accede a la cadena montañosa por su parte más occidental.
Te damos 5 razones para tomar un billete de tren a Valence y comenzar desde allí la aventura alpina.
Por su aire descaradamente francés
Obviamente encontrándonos en Francia, Valence no prescinde de su cultura, pero, a pesar de contar apenas con 60.000 habitantes y un tamaño relativamente pequeño, a Valence no le falta espacio para demostrar los hitos arquitectónicos de su país.
Así, en Valence encontramos bellas escalinatas al aire libre, jardines al gusto palaciego, kioskos y pérgolas llenas de romanticismo, amplias explanadas donde disfrutar del sol y la naturaleza y callejuelas con un irresistible aire a la cercana Provenza.
Por sus posibilidades de cambiar nuestro rumbo
Vienes a la conquista de los Alpes, pero si te apetece un cambio de aires o de planes repentinos nada mejor que encontrarnos en esta ciudad donde en apenas 100 kilómetros de distancia podemos cambiar el rumbo hacia la bella Lyon, la sorprendente Saint Étienne, la icónica Aviñón o la escondida entre montañas Grenoble.
Por su ruta olímpica hacia el Mont-Blanc
El pico más emblemático de todos los alpinos nos espera desde Valence atravesando unos no menos emblemáticos lugares que son todo un símbolo de los deportes invernales. Así, podemos adentrarnos hacia la cumbre gigantesca a través de Chamonix y Albertville, ambas sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno: la primera en 1924, siendo la primera sede olímpica de esta modalidad invernal, y la segunda en 1992 (podemos sumar una tercera si nos desviamos hacia Grenoble, sede en 1968)
Por el Ródano
Un río es de los accidentes geográficos que mayor personalidad otorga a una ciudad, y en el caso de Valence cuenta con uno de los más emblemáticos de Europa.
El Ródano a su paso por esta coqueta localidad francesa deja postales inigualables, mucho más memorables si lo recorremos en uno de los numerosos cruceros que ofrecen la posibilidad y que forman parte de la oferta activa de turismo de la ciudad.
Si visitamos Valence en junio, podremos ver aún más embellecido su río gracias a la fiesta de los canales.
Por ser una de las «Villes et pays d’art et d’histoire»
Las «Villes et pays d’art et d’histoire» son ciudades que reciben esta certificación por mantener, promover y difundir tanto la tradición como la arquitectura propia de la cultura francesa en general y cultura local.
Valence obtuvo en 1985 este sello de calidad, un año después de su creación de manos del Ministerio de Cultura francés, lo cual le otorga una larga tradición de actividades a favor del patrimonio y la seguridad de que no nos faltarán planes que nos recreen la historia local y sus costumbres.